sábado, 24 de julio de 2010

AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR, Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS…


Estas últimas semanas las iglesias de todos los cultos, pero muy especialmente la católica, ocuparon las primeras planas de los diarios, y muchos flayes televisivos.
El motivo ésta vez fue el tema del matrimonio igualitario, y como siempre los sacerdotes cristianos demostraron su intolerancia ante el tema.
Una pena que los encargados de transmitir un mensaje de Paz y de amor al prójimo, hagan lo contrario, transmitan el odio, la intolerancia, y la violencia.
El asunto no es ponerse por encima del otro y juzgar, eso perteneció a otras épocas creo,….en estos tiempos se necesitaría ser mas amplios, mas conciliadores, y dejar en todo caso que el individuo aprenda a decidir lo que esta bien o mal para su propia vida.
Mientras uno se mueva en el mundo con libertad, sin perjudicar a nadie, creo que la cosa va más que bien.
Pero bueno, todavía tendremos que aceptar los dedos acusadores o inquisidores,……..o no!……
El otro día leyendo una nota en un diario de Buenos Aires (Miradas al Sur), di con unos datos realmente escalofriantes con respecto a la economía de la iglesia católica, por ende, al estado argentino.
Yo tenía algunos datos, pero quedaron realmente chicos al leer el artículo, y realmente sentí algo de bronca e impotencia.
¿Por qué?, porque el estado no tendría que mantener a ninguna religión, el estado tiene que ocuparse de otras cosas, y no estoy hablando de si lo hace bien o mal, para eso tendríamos que hablar de ese tema en particular, pero no, estoy hablando solo del rol del estado.
¿Por qué tenemos que mantener una casta de sacerdotes, que para lo único que sirvieron en la historia fue para retrasar el progreso, para apoyar golpes de estado, y para generar odios y desigualdades?, si guía, el maestro Jesús, jamás necesito de ningún estado para evangelizar (en ese caso), es mas, estaba en contra del sistema y de las religiones poderosas de esa época.
Todo es una gran contradicción, una gran farsa, y no deberían tener más esas ventajas.

Lean esto por favor:
En el año 2007 el Estado dedicaba “una partida de sólo 17.323.913 pesos” para el sostenimiento de la Iglesia, lo cual apenas “representa el 0,014% del total del Presupuesto Nacional”. Así como los documentos de trabajo eclesiales llegaron a sostener más o menos que los homosexuales son proclives a convertirse en hombres lobo, el número es un recorte falaz. En 2010, el dinero derivado al sostenimiento de la Iglesia se incrementó a 35.868.353 pesos. Pero esa cifra es ínfima si se toman en cuenta el dinero estatal que van a las escuelas confesionales, hasta redondear un monto estimable en bastante más de 2.500 millones de pesos anuales.
Guillermo Olivieri, titular de la Secretaría de Culto de la Nación –organismo responsable de pagar el sueldo de los religiosos informa que la partida que recibe esa cartera del Presupuesto nacional asciende a 32 millones de pesos anuales. Desde el sitio oficial de esta Secretaría, se informa que se asignan “por medio de sus diócesis y otros organismos, en concepto de sostenimiento del culto que incluye la colaboración económica para visitas ad limina , sínodos, conferencias regionales y viajes en cumplimiento de acciones pastorales”. También se destinan a una red de “437 institutos de vida consagrada inscriptos, que actúan a través de 4.500 casas y obras apostólicas existentes en todo el país”.
En el desagregado sobre el destino de esos fondos se hace mención a “Asistencia Financiera/Culto Católico”, dinero que va a 122 arzobispos y obispos, 1.600 seminaristas y 640 sacerdotes. El sueldo de un arzobispo, actualmente es de 8.200 pesos. Sin embargo, Olivieri precisa que “debería ascender a 13.000 pesos”, por ser el equivalente al 70 por ciento de un juez nacional de primera instancia.
En cuanto a los curas de parroquias, el secretario de Culto de la Nación aclara que no cobran, excepto los de frontera.
Todas y cada una de las normas relacionadas con los sueldos clericales nacieron de “acuerdos con la Santa Sede” y de leyes surgidas en tiempos dictatoriales: de la Revolución Libertadora al Onganiato y, de allí, al Proceso. Sólo durante la última dictadura fue que se sancionó la Ley 21.540 en 1977 –que fija las asignaciones mensuales vitalicias a arzobispos, obispos y auxiliares eméritos–, además de otras… ¡Siete! leyes que ampliaron el número de curas e instituciones confesionales beneficiadas.

Lo más terrible es que estos sacerdotes (mediadores de los dioses) se rajan las vestiduras hablando de la pobreza, de la redistribución de las riquezas, y de la igualdad, cuando en realidad hacen totalmente lo contrario.
El otro día un amigo me decía convencido de que en el catolicismo hay curas buenos,…..yo lo admito, hay curas muy buenos, pero deberían renunciar a la falsa religión, al verdadero Guía de ellos se lo predica fuera de ese antro, y no allí, siendo cómplices de esa casta sacerdotal contaminada. Quedarse ahí, implica como dije antes una complicidad.
Ahora bien, mirándolo mas finito, si te vas de ahí hay que laburar, hay que mantener una casa, hay que comprarse la comida, y hay que DAR en todos los sentidos, ……y a veces, uno que mal se acostumbra, no quiere renunciar a tales ventajas que te regala el clero.

Les mando un abrazo.