UNA TARDE NUBLADA.

21 de Julio.
No hacia tanto frío, aunque estemos en pleno invierno.
Un rato antes estuve con unos amigos tomando un cafecito y charlando de algunas cosas, para nosotros, importantes.
Nos despedimos, y yo no tenía muchas ganas de volver a casa todavía, quería pasear un rato, por lo que decidí quedarme caminando por el barrio de San Telmo.
Siempre me gustó ese barrio, por sus casas estilo europeas y por ese olor a tango que la rodea…….
No había mucha gente, era horario laboral, mas o menos las dos de la tarde, y estaba medio nublado.
En eso llego a una esquina, veo un puesto de garrapiñadas, me acerco, le compro una, y me voy a sentar ahí cerca, en una parecita.
Me detengo a observar el paisaje, la gente pasa como en sus mundos, algunos turistas sacando fotos, niños corriendo, y en una de esas, pasa un viejo medio chiflado cantando “Mi perro dinamita” a los gritos pelados. Iba vestido con un sobretodo y estaba despeinado.
Lo miro, sonrío, y sigo paseando la mirada,…. a unos metros míos el contraste de este hombre, en un bar de mucho estilo, las personas que entraban y salían, parecían de una clase media de un muy buen pasar económico, algunos estaban almorzando y pasando un muy grato momento seguramente.
Al rato veo que vuelve el viejo, y para mi preocupación se me acerca, me encara y me pregunta la hora (no se porque, pero todos estos personajes se me prenden enseguida),…..le contesto mirándolo a los ojos, y pienso:
“Si este viejo se me pega, me levanto y me las tomo”
Pero no, por suerte, se sentó en la punta de la parecita dándome la espalda, y se puso a cantar, pero mas bajito, ……….me volví a sonreir, pero esta vez aliviado……….
Entonces abro mi mochila, saco el bloc de hojas, el lápiz, la goma, y atraido por la escena me pongo a dibujarla mientras seguía saboreando las garrapiñadas que unos minutos atrás había comprado al muchacho del puestito…….

Al rato, guardo todo y me vuelvo a mi casa en Mataderos, me hago unos buenos mates y termino la escena, la paso a tinta, y le hago una muy rápida aguadita.
Es la escena que les obsequio aquí arriba, una postal de esa tarde nublada, en ese precioso barrio de Buenos Aires…

Queridos amigos, sin más, espero haberlos hecho sentir, por un breve instante, esa situación tan particular, sin haberlos aburrido, ni haber robado mucho de su preciado tiempo…….

Les mando un inmenso abrazo…